Negros, la niña, el cuervo y la muerte El ave siniestra sentía el típico hedor Que tan bien conocía Era cuestión de esperar… Total…tiempo tenía
Hablan de la muerte blanca Yo hablo de la muerte negra, siniestra y despiadada
El fotógrafo, fogueado en plasmar horrores Supuso que la niña se arreglaría para llegar Eran tan sólo cien metros
Tal vez fueron muchos los niños que vio morir El tomar fotos de guerra forma una cierta coraza Más la conciencia puede, la conciencia emerge… Entonces el hombre calla
Este hombre lloró más la muerte de su amigo Que la de esa ignota niñita negra a quién él hubiera podido socorrer Para al menos dejarla en manos Que calmaran su sed y hambre, la acariciaran Con compasión en su agonía
Esta foto causó horror en todo el mundo. Nos golpeamos el pecho y decimos que todos tenemos culpa… Pero hace falta mucho más que lamentarnos Esa niña es el Jesusito de cada año
Pequeña víctima de un Herodes que esta vez No fue burlado Y siguen y van a seguir los inocentes Y los desamparados
Entonces qué pretendo obtener yo Con estas letras desesperadas Repitiendo lo ya sabido No lo sé
Como al que le prenden fuego Yo salgo corriendo dando alaridos Repitiendo esta triste historia Corriendo sin ton ni son Con el dolor de mis quemaduras
Dolor más breve Que el de esa inocente Con el cuervo avizorando Su muerte
Incomprensible muerte Que una vez más Fue la más fuerte. Brisadec